Del éxodo y otras coñoemadradas
Para muchos de nuestros compatriotas las mieles del extranjero no resultan, a lo cerca que pones el foco tan encantadoras. Mas bien tienen un sabor amargo. En Perú, por ejemplo ruedan las tristes historias de fábricas de esclavos venezolanos. Jornadas de más de 12 horas, salarios ínfimos. Condiciones higiénicas imposibles, malos tratos.
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