Presagios funestos

Reza el dicho que la historia la escriben los vencedores. No es casual que Herodoto sea considerado el padre de la historia, aunque también podría ser del periodismo, ya que escribió Historíai, que en jónico significa “pesquisas” o “investigaciones”, en donde a manera de reportaje reconstruye el enfrentamiento entre griegos y bárbaros –es decir, los persas–. Específicamente, las Guerras Médicas (490-479 a.C.).

Herodoto nació (484 a.C.) en plena guerra y nueve tomos forman parte de sus investigaciones en donde indaga el origen y la vida de los pueblos enfrentados. Cada uno de los tomos está dedicado a una musa de la mitología griega, porque los dioses tenían algo que ver en el asunto.

Diez años antes de la llegada de los españoles a tierras mexicanas, los indios y en especial Moctezuma narraron una serie de prodigios y presagios funestos que fueron recogidos en el Códice Florentino y en Historia de Tlaxcala, de Diego Muñoz Camargo.

Miguel León-Portilla a mediados del siglo XX rescata estas historias en Visión de los vencidos, donde afirma que hay “un dramatismo comparable al de las grandes epopeyas clásicas”.

Gracias a textos que no pudieron ser destruidos, podemos leer las palabras del tlapaneca otomí Hecatzin antes de atacar a los conquistadores: “¿Quiénes son esos salvajes?”. Los pueblos originarios de México no tenían dudas de que los bárbaros eran los conquistadores.

La historia también se escribe en formato audiovisual. El cine y la televisión han sido los aparatos culturales efectivos para imponer formas de pensar. Los nuevos instrumentos son Internet y las redes sociales, de donde sobreviven quienes no sean una piedrita en el zapato del sistema capitalista.

Historias de Herodoto sobrevivió al deterioro de los rollos del papiro, guerras e incendios. El liberalismo defiende la libertad de expresión, pero el presagio de que en Internet se cercenaría la diversidad del pensamiento se ha hecho realidad. En Twitter bloquean cuentas que están a favor de las revoluciones Cubana y Bolivariana; en YouTube, los canales del programa Mesa Redonda y de las televisoras Cubavisión Internacional y Venezolana de Televisión (VTV). En esta última, desde 2011 habían guardado 68 mil videos. Una biblioteca virtual audiovisual fue quemada, literalmente. No basta con el bloqueo comercial y financiero, también van por la información y la opinión.

 

Raúl Cazal

Escritor y periodista. Autor de los libros de cuentos El bolero se baila pegadito (1988), Todo tiene su final (1992) y de poesía Algunas cuestiones sin importancia (1994). Es coautor con Freddy Fernández del ensayo A quién le importa la opinión de un ciego (2006). Gracias, medios de comunicación (2018) fue merecedor del Premio Nacional de Periodismo en 2019. Actualmente dirige y conduce Las formas del libro.

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