Lenin y su permanente guía
Este 22 de abril es aniversario del natalicio del maestro y gran organizador del movimiento obrero internacional Vladimir Ilich Ulianov “Lenin”, motivo por el cual hoy festejan todos los comunistas y revolucionarios del mundo. Este dirigente considerado por muchos como el hombre más grande del siglo XX, fue quien dirigió la primera revolución socialista (obrero-campesina) exitosa de la historia, fue el fundador de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), expresión supranacional del poder soviético.
De las ruinas de la II Internacional Socialdemócrata reformista creó la III Internacional Comunista, forjadora de los combativos partidos comunistas que con su sangre y sacrificio, llevaron a feliz término revoluciones y procesos de liberación nacional y hoy en algunos casos prosiguen la construcción del socialismo. Todos estos hechos demuestran la grandeza de Lenin como dirigente político revolucionario, sin embargo, en todo momento su incesante actividad de líder iba sustentada y acompañada de una permanente actividad teórica, que le permitió desarrollar y profundizar diversos estudios legados por la teoría construida por Carlos Marx y Federico Engels.
Es sabido que Lenin tomando en consideración la realidad siempre presente de la encarnizada lucha de clases en el seno de las sociedades capitalistas, la historia de las organizaciones obreras del siglo XIX, la realidad política difícil de la Rusia zarista, y algunas premisas estudiadas por Marx y Engels, creó la Teoría del Partido de Nuevo Tipo, Partido de Cuadros, es decir, revolucionarios profesionales; la estructuración de una organización de organizaciones, donde rigiese el principio organizativo dialéctico del Centralismo-Democrático, en fin lo que se conoce como la concepción bolchevique del partido elaborada fundamentalmente en el trabajo muy conocido Que hacer (1902).
Esta concepción organizativa revolucionaria surgió fundamentalmente para dotar al proletariado de una vanguardia capaz de hacer la revolución comunista, ya que por un lado Lenin consideró que la conciencia espontánea de la clase obrera solo era capaz de construir la organización sindical, elemento necesario pero solo capaz de luchar por objetivos corporativos y reivindicativos incapaces de traspasar el horizonte capitalista, y por otro lado los partidos obreros de masas socialdemócratas, no tenían la fortaleza suficiente para dirigir la revolución, por ser propensos al reformismo, el oportunismo y el cretinismo parlamentario, e incapaces de combinar adecuadamente todas las formas de lucha (sobre todo la insurrección) necesarias para destruir el sistema capitalista, y construir el comunismo (mediante un periodo de intensa lucha de clases y parto histórico, el socialismo).
Por otro lado algunos revolucionarios han catalogado al leninismo, como el marxismo de la era imperialista del capitalismo, esto se debe a que Lenin explicó de forma insuperable las características fundamentales de la fase monopólica del capitalismo iniciada a finales del siglo XIX. Para Lenin esta fase se caracteriza por la conformación de enormes monopolios y carteles, la fusión del Capital Industrial y el Capital Bancario para la conformación del Capital Financiero, todo lo cual dio al traste a la Fase de Libre Concurrencia del Capital, e inició la exportación masiva de capitales, con sus respectivas relaciones sociales de explotación, de las metrópolis desarrolladas a la periferia empobrecida y sometida.
Este análisis le permitió a Lenin entender la importancia de la defensa de la soberanía de las naciones frente a cualquier forma de colonialismo (como expresión internacionalizada de la lucha de clases), el potencial revolucionario de los países atrasados y sometidos, partiendo de la posibilidad de la ruptura del eslabón más débil de la cadena imperialista, siendo esto lo que le permite impulsar la revolución socialista en Rusia antes que esta triunfe en la Europa occidental capitalista desarrollada. Por esta razón Lenin no es solo inspirador de las revoluciones de carácter socialista registradas en el siglo XX, sino que a su vez ideólogo para los distintos procesos de Liberación Nacional ocurridos en la historia mundial contemporánea.
Estas son algunas de las razones por las cuales debemos reivindicar permanentemente la obra y legado de Lenin, como tesoro invalorable para las luchas que día a día libran la clase trabajadora y los pueblos de la Tierra. Siendo a su vez esto la causa de que Lenin, como dijera Nestor Kohan, es indigerible para el sistema, mientras a Marx lo han tratado de encasillar en la figura de un gigante intelectual a secas, Gramsci lo han edulcorado hasta convertirlo en casi un socialdemócrata, o al Che lo han tratado de convertir en icono pop juvenil, esto no lo han podido hacer contra el líder bolchevique, porque él expresó como ningún otro la negatividad revolucionaria absoluta frente al capitalismo, y cualquier tendencia que en el seno del movimiento obrero le haga el juego.
Por esto y mucho más, Lenin vive en el seno de las luchas de nuestros pueblos y es ejemplo primerísimo para todos los revolucionarios del mundo.
Profesor Agregado de la Universidad de Carabobo, con Maestría en Historia de Venezuela. Director Académico del Centro de Altos Estudios del Desarrollo y las Economías Emergentes (Cedees). Investigador en diversas áreas de las Ciencias Sociales.