1.- La nueva «oposición» venezolana son los gobiernos extranjeros. Con el desplome de la coalición de partidos de derecha en Venezuela, hoy el escenario político se polariza entre la Revolución Bolivariana y los líderes de gobiernos en Centroeuropa y América Latina. Al menos son los que generan contenido y con la rapacidad que caracteriza al periodismo con buen salario y nada de escrúpulos no hay que ser un genio para saber quién genera titulares.
2.- La «observación electoral» es una oportunidad de lujo para las empresas europeas y norteamericanas y además, es un viaje con todo pago a uno de los países más exóticos de América Latina. No hay remilgos, no hay quejas ni demora alguna en embarcarse a Venezuela, para presenciar uno de los procesos más transparentes y eficientes de la tecnología electoral con un pueblo que les va a dar una lección de cultura democrática y dignidad. Se paga bien el lobby.
3.- Donald Trump viene a levantarle la mano a Juan Manuel Santos como el caudillo del capitalismo en América Latina, después de la victoria de la derecha enamorada de Álvaro Uribe en las recientes elecciones. En la contradicción más vergonzosa de todo el continente, las elecciones más oscuras y plagadas de irregularidades en toda la historia de Colombia no son un motivo para que los organismos internacionales siquiera posen sus miradas en el hecho público y notorio, sino que se permiten el descaro de agredir al sistema electoral venezolano después de 18 elecciones, con unas tantas elecciones municipales ganadas por la derecha criolla. En plena campaña, es lógico que Santos y Uribe, cada uno renegando del otro, ataquen simultáneamente con la clásica estrategia de policía bueno, policía malo: Santos llorando por un corredor humanitario que consolide espacios «comunes» en frontera y permita la mejor movilización de tropas de asalto y tanques; y Uribe, por su lado, con declaraciones altisonantes y mediáticas, atacando la integridad personal del Presidente.
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4.- La idea es provocar. Venezuela salió de la pantalla de Europa y Norteamérica con sus tentáculos mediáticos en América Latina con las victorias electorales recientes, abrumadoras. La orden será colocar en el tintero toda falla, todo crimen, toda intención y falta de intención del proceso Bolivariano, como ya han hecho tantas veces. Debido a lo crucial del momento, cuidado con los líderes desprevenidos. La idea, decía es lograr una guerra verbal con el Presidente Maduro, lograr llevar el debate ideológico al terreno de la grosería y el insulto.
5.- El clima electoral ha cambiado para siempre. Mientras mayor movilización y demostraciones de unidad, fortaleza y masa el enemigo retrocederá, confundido y escéptico. Su amo imperial está decidido a derrocarnos, pero deseos no preñan.
Seguimos.
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